A diferencia del cáncer del adulto, que está relacionado con el proceso de envejecimiento de las células y que los estilos de vida más saludables pueden favorecer su prevención, en el caso de los niños no se puede hacer nada para prevenirlos, y padecerlos, es fruto de un desafortunado azar.
Esta es la causa de que los niños no tengan cáncer de pulmón, colon, páncreas… A ellos les afectan los neuroblastomas, nefroblastomas, meduloblastomas, osteosarcomas, Sarcomas de Ewing, linfomas, leucemias infantiles y un extenso número de patologías distintas, que son minoritarias y requieren tratamientos específicos que, lamentablemente, investigarlos no resultan rentables a la industria privada y, por ello, son estudiados en centros hospitalarios como el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.